lunes, 14 de abril de 2014

El silencio ya no me habla

¿Cuándo fue la última vez que comiste en silencio?

Claro, ya sé que hablar con la boca llena es de mala educación, pero la verdad es que todos hablamos mientras comemos. Hablamos a la hora de la refa. Conversamos con la familia en la mesa. Disfrutamos salir a comer con los amigos. De hecho, comer y hablar es algo que está sumamente unido, más de lo que parece.

¿Cuándo fue la última vez que saliste a comer con nadie más que contigo mismo?
Probablemente la respuesta sea "no recuerdo".

Estoy seguro tampoco recuerdas, cuando fue la última vez que te sentaste solo(a) en la mesa de tu casa, ya cuando todas se habían acostado, y te dispusiste a comer sin tener que revisar el celular, mientras digerías los alimentos.  Las personas le huyen a la soledad, porque les da miedo el silencio. Les aterra la idea de escucharse  así mismos. Los celulares y los reproductores de música nos brindaron un cáncer discreto. La idea de manejar en el tráfico sin tener el radio encendido es casi una utopía. Tenemos una necesidad de estar oyendo algo, y no precisamente porque practiquemos el valor de escuchar, sino por que no tenemos ni idea de que hacer si nos encontramos en silencio. Llamamos a nuestros amigos y mientras esperamos que ellos contesten, tenemos que escuchar el backtone de alguna ridícula canción pop, simplemente para "hacer" algo mientras nos contestan.

Es curioso que ahora la idea de adorar a Dios tiene que ver con música. Se nos olvida que Jesús pasaba las noches enteras orando, en silencio. Ya perdimos de vista que la música también tiene que ver con ausencias de sonidos, con pausas. 

El silencio no  necesariamente refleja la ausencia de cosas por decir, algunas veces representa precisamente lo opuesto. Las conversaciones más largas usualmente se dan sobre una almohada y en silencio. Un abrazo en silencio es un poema que dice mucho. Las palabras sobran y las miradas y la sonrisa completan. Por eso las parejas saludables disfrutan del silencio.


Lograr que leyeras esta entrada fue la única forma que encontré para ser eco dentro de tí, sin hablarte. Cuando dejamos de escuchar el silencio, éste deja de hablarnos.


















2 comentarios:

  1. Debo decirte que lo disfrute... aún en silencio, las palabras las escuchas al leerlo.

    Muchos huyen del silencio por el miedo de sentirse solos hasta con ellos mismos, todos necesitan un tiempo en silencio, no todos lo buscan y muy pocas personas logran llegar al punto de disfrutarlo cuando lo encuentran.


    Fue un gusto leerte!

    ResponderBorrar
  2. Muchas gracias por las palabras Dessi, ya esta semana estamos de regreso

    ResponderBorrar